El mercado español de hidromasaje ha frenado su crecimiento, no tanto porque haya dejado de interesar –al contrario– sino por el elevado precio de los elementos que lo componen, donde se ha notado una potencial subida de precios medios. Si hace apenas cuatro años las bañeras de hidromasaje costaban una ...
El mercado español de hidromasaje ha frenado su crecimiento, no tanto porque haya dejado de interesar –al contrario– sino por el elevado precio de los elementos que lo componen, donde se ha notado una potencial subida de precios medios. Si hace apenas cuatro años las bañeras de hidromasaje costaban una media de 770 euros por unidad, ahora cuestan 124 euros más. El precio descendió en 2020 a 750 euros; subió en 2021 colocándose a un precio similar a los que había antes de la pandemia: 775 euros, apenas cinco euros más que dos años antes. Sin embargo, en 2022, este elemento ya asciende a 894 euros.
Esta misma tendencia se da en otros elementos del sector: las columnas cuestan ya una media de 410 euros, frente a los 388 euros del año anterior y a los 384 y 389 euros que costaban en 2020 y 2019, respectivamente.
Las cabinas de hidromasaje se han convertido, aún más, en un producto de lujo. Su precio ha subido en 120 euros más en apenas un año. Si en 2021 el precio medio de estos elementos era de 1.170 euros, en 2022 ascendía a 1.290 euros de media por cabina. Atrás quedan los 1.150 euros de 2020 e, incluso, los 1.180 euros de 2019.
Estancamiento del sector
Esta subida de precios generalizada ha provocado un estancamiento del sector. El cómputo global es que la facturación total ha sido de 69 millones de euros en 2022; una facturación inferior tanto respecto al año anterior, cuando se facturaron 73 millones de euros, como frente a la etapa previa a la pandemia, cuando las cifras eran de 70 millones de euros.
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