El toallero, un accesorio en constante evolución

Con una exquisita belleza exterior que viene dada por su forma, acabado y diseño, el toallero ha sabido reconvertirse, llegando a convertirse en imprescindible en cualquier baño. Su funcionalidad es indiscutible: sirve para garantizar el orden en la estancia, pero también para reforzar el patrón estético.

15/12/2023

Un cuarto de baño dice mucho de sí cuando está acompañado de sus complementos, con los que se crea contraste o se mantiene una misma línea decorativa. Podemos elegir el blanco para el lavabo, el inodoro y el plato de ducha y generar un efecto sorpresa incluyendo la grifería, los ...

Un cuarto de baño dice mucho de sí cuando está acompañado de sus complementos, con los que se crea contraste o se mantiene una misma línea decorativa. Podemos elegir el blanco para el lavabo, el inodoro y el plato de ducha y generar un efecto sorpresa incluyendo la grifería, los toalleros y los perfiles de la mampara en negro mate o, de lo contrario, ir sobre seguro e instalar dichos elementos en cromado. Dentro de estos accesorios, el toallero está entre esos artículos vitoreados por el consumidor. De hecho, así lo demuestra el mercado interior aparente para esta categoría de producto, el cual revela que este crece tímidamente desde 2020 y se sitúa en los 18 millones de euros dos años después, registrando un incremento de casi el 6%. Los de corte minimalista siguen siendo la mejor opción, cuya barra longitudinal (en mayor o menor tamaño) puede anclarse a la pared en un extremo u otro del lavabo mediante tornillos, cinta adhesiva o ambas opciones, para que el usuario pueda elegir la más conveniente. También se puede presentar bajo un formato con doble barra para poder extender más de una toalla. Por su parte, la versión anclada al mobiliario aprovecha las cajoneras, puertas o laterales para asentarse, de modo que no será necesario agujerear los azulejos.

Por increíble que nos pueda resultar, los de tipo adhesivo son resistentes, no hace falta emplear herramientas para su colocación, sólo hay que decidir dónde irán situados y, si no nos gusta el resultado, podemos cambiarlos de ubicación sin tener que poner en peligro la pared para saberlo. Basta con cerciorarse de que la superficie en la que se vaya a situar esté limpia, colocar el adhesivo, retirar la protección, calentar la zona empleando un secador, hacer presión durante unos segundos y esperar el tiempo recomendado por el fabricante para comenzar a usarlo. La principal ventaja es que no tendremos por qué arrepentirnos si hemos hecho un agujero en la pared y ha quedado torcido o si nos hemos pasado taladrando; es una forma de renovar la estética general de la estancia sin realizar una gran inversión y, sobre todo, en el caso de que no sea una vivienda en propiedad, nos da menos reparo a la hora de hacer cambios en su estilo. 

 

FOTO PRINCIPAL.: Brabantia

 

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