El cuarto de baño es mucho más que un lugar de paso dentro de la vivienda. Quizás, junto con la cocina, es la estancia más visitada por sus residentes. Aquí transcurren todas las tareas de higiene y de cuidado personal. Pero vamos a centrarnos en la zona que nos concierne: ...
El cuarto de baño es mucho más que un lugar de paso dentro de la vivienda. Quizás, junto con la cocina, es la estancia más visitada por sus residentes. Aquí transcurren todas las tareas de higiene y de cuidado personal. Pero vamos a centrarnos en la zona que nos concierne: el lavabo. En suite, de cortesía, para uso compartido, infantil, adaptado a las personas con discapacidad... No puede faltar en ningún caso, ya sea de una tipología o de otra.
De un tiempo a esta parte es posible verlo en un ambiente diferente al que estamos acostumbrados: el cuarto destinado a la lavandería en el hogar, dándole uso para quitar alguna mancha a las prendas antes de meterlas en la lavadora o para retirar los restos de detergente y suavizante de las manos. Este puede colocarse a la vista u ocultarse tras el mobiliario mediante unas puertas plegables, correderas o abatibles. Volviendo a la estancia anterior, depende de los centímetros con los que contemos y del uso que le vayamos a dar podremos instalar un lavabo de mayor amplitud o uno de dimensiones más reducidas. Por ejemplo, los sobre encimera y doble seno permitirán que dos personas puedan utilizarlo a la vez sin entorpecerse, optimizando y resolviendo mejor las tareas puesto que cada uno tiene su grifo y su espacio para depositar sus útiles de higiene.
También puede ocurrir que nos decantemos por uno a todo largo, es decir, una única pieza con un lavabo solo y espacioso, pero dos griferías independientes o una sola, o se puede dar el caso que, en vez de estar suspendido, vaya encastrado en el mobiliario y que cada usuario siga manteniendo su autonomía dentro de la pileta. Incluso se podría ver como una unidad independiente en el interior del habitáculo, como si se reprodujera una copia exacta de la misma pieza, tal y como permiten los de pedestal, tótem o semi tótem o que cada uno tuviese su propio conjunto de lavabo-mueble; eso sí, dejan- do un espacio prudencial entre uno y otro para asegurar la libertad de movimientos del usuario. Cabe destacar que los de pedestal, tótem y semi tótem van separados de la pared, de modo que se deslocalizan y se instalan en un área diferente de la estancia.
FOTO PRINCIPAL.: Kaldewei.
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