Fundado en 2004 por Sebastián Machado, el estudio Mano Arquitectura lleva 20 años proyectando edificios de una manera cuidadosa y detallada, con la clara influencia del lugar en el que se asientan y de las personas que lo habitan. En Mano Arquitectura parten del conocimiento profundo de ese habitar para ...
Fundado en 2004 por Sebastián Machado, el estudio Mano Arquitectura lleva 20 años proyectando edificios de una manera cuidadosa y detallada, con la clara influencia del lugar en el que se asientan y de las personas que lo habitan. En Mano Arquitectura parten del conocimiento profundo de ese habitar para diseñar espacios donde educar, sanar, descansar, trabajar, divertirse y compartir.
Su equipo está formado por profesionales de variadas disciplinas que comparten el amor y la pasión por las cosas bien hechas y pensadas para perdurar. Urbanismo, paisajismo, arquitectura, ingeniería, diseño interior y de mobiliario se integran en cada proyecto de manera coherente para expresar ideas imperecederas, que beben del pasado, pero miran hacia el futuro. El estudio tiene una premisa clara: los edificios deben integrarse en el paisaje de manera sutil, pues son conscientes de que cada piedra que se coloca implica una responsabilidad y de que el ser humano necesita todos sus sentidos para conectarse con la naturaleza.
Pleta Arriu, amalgama todos sus valores, creando espacios únicos que se integran a la perfección en el paisaje de Baqueira Beret. Pleta Arriu es el último proyecto de estudio, ubicado en una de las zonas más privilegiadas de los Pirineos, a pie de pista, acercándose al concepto de refugio de nieve. Las viviendas se posan en la montaña, gran parte de las casas están integradas en el paisaje, formando bancales, lo que les hace parecer más pequeñas, alejándose de una idea ostentosa y acercándose a una comunión perfecta con la naturaleza en la que se ubican. Pleta Arriu es un proyecto que continúa desarrollándose, aunque ya ha concluido la primera fase, con la entrega de 14 casas.
Cuidadosamente diseñadas con materiales nobles, las 38 casas que componen Pleta Arriu, dispuestas en una superficie total de 14.000m2, incluyen comodidades extraordinarias como ski room, zona de aguas y home cinema para ofrecer una experiencia de esquí excepcional. Se han diseñado como casas habitables para el descanso y disfrute, un punto de encuentro perfecto para la familia, un lugar cálido donde volver, reencontrarse y reunirse año tras año. Mano Arquitectura ha creado este proyecto desde cero, desde la urbanización al paisajismo, sin dejar de lado, como no podía ser de otra forma, la arquitectura y el interiorismo.
En Pleta Arriu existen tres tipos diferentes de casas (360m2 ; 450m2; 530m2) en las que las vistas y la luz natural son los protagonistas en cada estancia. "Se ha pensado el recorrido de la casa como una experiencia desde la penumbra y la contención espacial hacia la luz y la exuberancia de un espacio de ocho metros de alto y la panorámica de la montaña que te dejen absorto en el paisaje", concretó Sebastián Machado. A medida que se sube, aparecen los espacios de doble altura, los techos inclinados y las ventanas amplias, que convierten el habitar esta casa en una experiencia sensorial impactante.
Los materiales, la pizarra natural local en tonos grises y la madera natural, actúan como testigos del sol, el viento, la lluvia, el calor y el frío. Se funden en el entorno y dejan ver el paso del tiempo con sus marcas de desgaste, vetas, óxido, rayones, nudos, porosidad, color y brillo.
La mayor inspiración a la hora de diseñar las casas fue la arquitectura aranesa con sus materiales nobles, como su piedra para la fachada, el fresno para la madera del exterior, o el roble para el interior, al ser una madera más clara que aporta una mayor sensación de calidez, un diseño de interiorismo a cargo de Craft, junto a Camila Acosta.
Pleta Arriu es uno de los proyectos más ambiciosos de Mano Arquitectura. El mayor desafío fue tomar las casas de montaña tradicional, por lo que se tuvo que llevar a cabo un estudio muy detallado de los elementos recurrentes del entorno y darles una nueva vida.
Más allá del desafío estético y arquitectónico, este proyecto lo es en todos sus aspectos técnicos, pues la urbanización se erige sobre un terreno de 45 grados de pendiente y una compleja geología que obligaron a crear contenciones tanto para las casas como para las calles resultando en una difícil y lenta ejecución.
Las pendientes resultantes en los viales tuvieron que ser resueltas con un sistema de calefacción para evitar la formación de hielo en los días de mayor frío. Con la idea de integrar el proyecto lo máximo posible, los nuevos taludes, se resolvieron con tierras armadas para maximizar las zonas verdes y drenantes de la urbanización.
Así, Pleta Arriu nace de la idea de crear un espacio que acoge y se recoge en un paraje excepcional, salvando las vicisitudes de la montaña para crear un hogar en medio de la naturaleza. Un proyecto que está listo para habitar y completarse, pues ningún plan urbanístico está finalizado hasta que una persona lo hace suyo.