La villa del siglo XIX que el colectivo de arquitectos AU40 ha reformado recientemente se llama "Maison des Agrumes" y se ha transformado en un oasis de tranquilidad enclavado en el centro histórico de la ciudad de Caserta. Se trata de un proyecto por capas, resultado de la restauración de ...
La villa del siglo XIX que el colectivo de arquitectos AU40 ha reformado recientemente se llama "Maison des Agrumes" y se ha transformado en un oasis de tranquilidad enclavado en el centro histórico de la ciudad de Caserta. Se trata de un proyecto por capas, resultado de la restauración de la planta principal y el ático, y la construcción de una nueva estructura arquitectónica en la planta baja. El resultado es una forma de L, donde las habitaciones se suceden en un flujo continuo y las zonas interiores y exteriores se entrecruzan a la perfección.
El interior se define por colores neutros y luminosos, poblados de accesorios de mobiliario en acabados matéricos y de inspiración industrial, como el cuero, el metal grabado y el acero, que conviven en armonía con muebles más tradicionales. El techo abovedado y los amplios vanos arqueados que dan al patio interior, heredados de la historia del complejo del siglo XIX, definen el espacio abierto para la zona de estar y cocina, y acompañan al patio con pérgola, utilizado como rincón de relajación, pavimentado en travertino rugoso de Rapolano, en consonancia con los interiores. Por último, la vista da al jardín privado, protegido por la vegetación y completado con una piscina, una terraza solárium y una zona de ducha protegida, realizados en la misma piedra. Así pues, las resonancias mediterráneas de la arquitectura, los acabados y los colores se combinan con los detalles clásicos intrínsecos de la villa y las opciones contemporáneas del interior, que marcan deliberadamente una nueva era."En este marco intemporal emerge, como una nave espacial, la cocina de acero, que representa un fuerte contraste", comenta Giovanni Maria Santonicola, uno de los dos fundadores del colectivo AU40, quien prosigue diciendo que "la isla modelo Ego de Abimis, situada en el centro de la cocina, es el punto de apoyo de las actividades de lavado y preparación, reflejando las luces y sombras generadas por los arcos durante el día".
La línea Ego de Abimis, diseñada por Alberto Torsello, destaca en el gran espacio abierto con sus formas redondeadas y dimensiones significativas, convirtiéndose en un punto de referencia en la habitación, un módulo que diseña el espacio circundante. Ego se estructura en dos bloques principales, ambos en acero cepillado con tiradores en el mismo acabado. La primera isla cuenta con un fregadero doble y una amplia encimera para preparación y emplatado. El segundo es mural, con un fregadero individual, quemadores dobles integrados en la encimera, campana extractora y doble armario de espejo en los extremos, útil como despensa o aparador moderno. La amplia posibilidad de personalización de los bloques, medidas, acabados y equipamientos que ofrece Abimis, permite así el desarrollo de bloques de cocina y operativos que responden a las necesidades de diseño, uso y disfrute del entorno. Fabricado en acero AISI 304, inalterable, higiénico, duradero y apto para el contacto con alimentos, Ego es una solución con una fuerte impronta profesional, que se encuentra en determinados detalles y configuraciones, como encimeras sin juntas para mejorar la higiene y facilitar la limpieza; bordes elevados a prueba de derrames; encimeras extraíbles de gran capacidad que pueden configurarse tanto en compartimentos internos como abiertos para una máxima funcionalidad y una óptima gestión del espacio; compartimentos de almacenamiento refrigerados; cajones calefactados para la vajilla; y eliminación de residuos separada y a temperatura controlada.
FOTO PRINCIPAL.: Colin Dutton.