¿Qué secretos encierra el bidé? En un mundo donde la innovación y la funcionalidad marcan el diseño de interiores, el bidé se erige como un objeto de curiosidad y debate. Más allá de la higiene íntima, este elemento ha sido testigo de momentos históricos y culturales, desde el lujo de ...
¿Qué secretos encierra el bidé? En un mundo donde la innovación y la funcionalidad marcan el diseño de interiores, el bidé se erige como un objeto de curiosidad y debate. Más allá de la higiene íntima, este elemento ha sido testigo de momentos históricos y culturales, desde el lujo de la corte de María Antonieta hasta la fascinación de Napoleón Bonaparte. Su presencia en el arte y la sociedad ha generado interrogantes sobre su relevancia en el mundo moderno y su futuro en los hogares.
A algunos de estos interrogantes ha querido dar respuesta Geberit, firma especializada en el mercado europeo en el sector del baño, en sus Diálogos en Casa Decor, donde reunió a expertos y apasionados del diseño y la comunicación para analizar el legado del bidé desde la perspectiva de la historia, el arte y la tecnología. Entre ellos, Kiko Fuentes-Lojo, arquitecto y comunicador; Verónica Montijano, interiorista y creadora de la oda al bidé en la anterior edición de Casa Decor; Virginia Sánchez, reconocida interiorista, y Roberto Bécares, veterano periodista.
El origen imperial: El bidé tiene sus raíces en la Francia del siglo XVII, donde se empleaba como elemento de limpieza íntima para la nobleza. Su nombre deriva del término francés bider, que significa "montar a caballo", haciendo referencia a la forma en que se utiliza, a horcajadas.
María Antonieta y su uso a diario: María Antonieta, la reina consorte de Francia durante la Revolución Francesa, era una entusiasta del lujo y la opulencia en su vida cotidiana. En su palacio de Versalles, tenía una habitación dedicada a su cuidado personal, equipada con un bidé de mármol y adornado con detalles dorados que utilizaba a diario.
Napoleón, después de cabalgar: El emperador Napoleón Bonaparte estaba fascinado por el bidé. Durante sus campañas militares, se aseguraba de llevar consigo su propio bidé portátil, considerándolo un símbolo de comodidad y lujo incluso en medio de la guerra. Durante su exilio en la isla de Santa Elena, Napoleón mantuvo su obsesión por el bidé. La leyenda cuenta que este bidé no era uno común y corriente, sino que destacaba por su inusual color rojo.
La censura eclesiástica: La Iglesia y otras instituciones religiosas expresaron opiniones diversas sobre el uso del bidé. Algunas corrientes consideraban que el uso excesivo del agua para la higiene podía ser indulgente y llevar a la lujuria, mientras que otras promovían la limpieza como virtud. Otros lo consideraban pecaminoso por su uso para evitar el embarazo, lo cual favorecía la promiscuidad.
El bidé en el arte con Marcel Duchamp. El bidé también ha sido objeto de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia, y uno de los más destacados fue el artista Marcel Duchamp. Uno de sus más destacados trabajos es "La fuente", la transformación de una fuente-bidé-urinario que revolucionó el mundo del arte.
El cameo en el cine: El bidé ha estado también ligado al séptimo arte, apareciendo en películas y programas de televisión a lo largo de los años, a menudo como objeto de burla o como símbolo de sofisticación, como "El gran Lebowski", la popular serie "Friends" o la famosísima "Sexo en Nueva York".
Percepciones en el mundo. En Italia se creía que tener un bidé en casa atraía la buena suerte y la prosperidad, lo que llevó a muchas familias italianas a incorporar el bidé en su baño, aunque no lo utilizaran regularmente. En otros países, como Argentina o Turquía, el bidé no pasa de moda, debido a su vinculación como elemento de refinamiento y estatus, además de higiene.
Zamora, capital española del bidé. En España, el 55% de los hogares todavía mantiene en bidé, aunque se aprecia una tendencia a eliminarlo o sustituirlo poco a poco por otros elementos como el inodoro bidé. En Zamora, el uso del bidé perdura gracias a una normativa municipal que lo hace obligatorio en todas las viviendas desde 1986. Aunque haya sido discutida su relevancia, la medida sigue vigente.
El inodoro bidé no es un invento de ahora, sino del siglo pasado. En el siglo XX, el inodoro bidé y la limpieza con agua surgió como innovación para fusionar dos soluciones en una. En 1978, Geberit lanzó el primer inodoro bidé con función de ducha y casi cincuenta años después, en 2024, su inodoro bidé más popular, el Alba AquaClean. Con solo tocar el botón de un mando a distancia o desde el smartphone, los `smart toilets´ permiten activar la función de lavado, secado o realizar ajustes personales como regular la intensidad y temperatura del chorro de agua.
Según el director de Comunicación y Marketing de Geberit Iberia, Alfredo Cabezas, "gracias a la innovación y a la tecnología hemos sido capaces de evolucionar el bidé desde sus orígenes más lujosos y exclusivos, reservado a la realeza, hasta democratizar un elemento y convertirlo en el inodoro bidé del pueblo, el que todo el mundo quiere y puede permitirse tener en su hogar por su gran funcionalidad y diseño".