La clave interpretativa de ´Liminal House´ está encerrada en su nombre, una declaración de intenciones que anuncia un proyecto racional, preciso y sin retórica. También es un entorno de transición, de paso, que se revela desde el interior atravesando atrios y habitaciones, escaleras y terrazas. Un entorno desorientador y, por ...
La clave interpretativa de ´Liminal House´ está encerrada en su nombre, una declaración de intenciones que anuncia un proyecto racional, preciso y sin retórica. También es un entorno de transición, de paso, que se revela desde el interior atravesando atrios y habitaciones, escaleras y terrazas. Un entorno desorientador y, por tanto, interesante.
Liminal House es uno de los últimos proyectos del estudio McLeod Bovell, situado en la zona oeste de Vancouver, precisamente en medio (o más bien, en transición) entre los barrios habitados y la costa rocosa canadiense. El edificio es un juego de líneas, una interacción que penetra en volúmenes asimétricos, creando ángulos de perspectiva y telescopios visuales, patios y vistas que hacen que explorar la casa sea un descubrimiento continuo.
De crucial importancia es la estrecha conexión entre la residencia y la naturaleza, (lograda) a través de una extensa serie de ventanas perimetrales de altura completa que proporcionan un entorno puro y contemplativo, capaz de cambiar de luz y aspecto con las estaciones. "La atmósfera costera, siempre cambiante, no sólo anima la casa sino que, a su vez, es animada por la casa", declara el Estudio. "Los panoramas se enmarcan entre paredes sólidas y mamparas de cristal; sus imágenes se reflejan en las masas de agua y el cristal, creando reflejos y refracciones que evocan en el observador la sensación de no estar ni aquí ni allí, ni dentro ni fuera, sino en algún punto intermedio".
La casa está construida en tres plantas que cubren un total de unos 1.000 metros cuadrados. En la base, que incluye el garaje, la oficina y las zonas técnicas, hay espacio para el SPA y la sala de exposición de la colección de coches clásicos de los propietarios. La zona de estar, por su parte, se despliega en la planta principal, en un plano abierto que minimiza las barreras arquitectónicas. Las suites y otras habitaciones, un total de seis, se sitúan en el nivel más alto para disfrutar plenamente de las vistas panorámicas del entorno.
El proyecto interior es consciente y respetuoso con la magnificencia del contexto/entorno, pero no se subordina a él: detalles y rincones están presentes para desviar la atención de las vistas y recrear un ambiente cálido e íntimo. Mención especial merece la cocina, una sólida estructura de geometrías sencillas, tratada como parte integrante de la arquitectura. La larga isla cuenta con una encimera de piedra sinterizada Lapitec que parece emerger directamente del suelo, en contraste con las superficies de madera y los taburetes que equilibran su aspecto. La elección de los materiales no es arbitraria.
Para resistir las duras condiciones climáticas locales, todo el edificio se ha construido prestando especial atención a las superficies, como el hormigón, la madera de Accoya y el aluminio. Por la misma razón, todos los suelos interiores de la casa (así como la cocina) -que están expuestos a los efectos del viento, los rayos UV y la salinidad- son de piedra sinterizada Lapitec en grandes losas de 12 mm de grosor, con acabado Lithos y en color Grigio Cemento.
Este material, producido en Italia mediante un proceso patentado, es 100% natural y posee cualidades técnicas avanzadas de resistencia e higiene. Tiene una superficie no porosa, no contiene tintas ni derivados del petróleo y está totalmente desprovisto de sílice cristalina, lo que garantiza la seguridad para la salud de quienes trabajan con él y lo utilizan.
FOTO PRINCIPAL.: ©Hufton+Crow.