El hogar, aunque parezca un lugar seguro, puede esconder muchos peligros para los más pequeños: su curiosidad y falta de percepción del riesgo los lleva a explorar sin ser conscientes de las consecuencias. Según datos del INE, del total de accidentes en el hogar en España, más del 15% se produjo ...
El hogar, aunque parezca un lugar seguro, puede esconder muchos peligros para los más pequeños: su curiosidad y falta de percepción del riesgo los lleva a explorar sin ser conscientes de las consecuencias.
Según datos del INE, del total de accidentes en el hogar en España, más del 15% se produjo en menores de 15 años. Identificar los peligros y adoptar medidas preventivas es clave para evitarlos.
La cocina, puede ser el lugar más peligroso de la casa
La cocina es, sin duda, una de las estancias con mayor concentración de riesgos. El calor generado por las placas o el horno durante el cocinado representa un peligro constante para los niños que pueden sufrir graves quemaduras. Cocinar con los mangos de cazos y sartenes siempre orientados hacia adentro evitará que puedan derramarse líquidos calientes. Además, hay otros riesgos como el gas que los niños pueden abrir sin querer, electrodomésticos que pueden poner en funcionamiento e incluso enchufes o cables que pueden ser manipulados con riesgo de electrocución.
Algunos electrodomésticos pueden resultar especialmente peligrosos por otros motivos: una lavadora con la puerta abierta puede convertirse en un escondite mortal para un niño atrapado en ella.
Los cuchillos y utensilios afilados, así como productos de limpieza y medicamentos almacenados en muebles bajos, son potencialmente peligrosos. Es esencial instalar cierres de seguridad en cajones y armarios, también en la zona de basuras o reciclaje (especial atención a las pilas de botón).
También existen riesgos derivados de la propia ingesta de los alimentos: atención a los atragantamientos (frutos secos, uvas o piezas pequeñas…) y a las posibles alergias alimentarias. Es el personal de pediatría quien determinará cuándo y cómo introducir cada alimento en la dieta del pequeño.
El baño, prevención de caídas y otros riesgos
El baño es otra zona crítica. El ahogamiento puede ocurrir en segundos y con poca cantidad de agua, por lo que nunca se debe dejar a un niño solo en la bañera. Además, el agua caliente puede causar quemaduras graves: instalar reguladores de temperatura en los grifos y comprobar la temperatura antes del baño.
Por su naturaleza, las superficies del baño pueden resultar resbaladizas. Al igual que en la cocina, es importante elegir materiales que minimicen este peligro y se mantengan limpios y secos. Los espejos y mamparas pueden ser, en caso de rotura, motivo de graves lesiones en los niños. Utilizar preferiblemente vidrio de seguridad.
Los productos de higiene y limpieza deben mantenerse fuera de su alcance, al igual que los pequeños electrodomésticos como secadores o planchas de pelo, con los que pueden quemarse y que representan un grave peligro si entran en contacto con el agua.
Y ¿en el resto de la casa? Peligros en el salón, dormitorio, terrazas y escaleras…
Muchos de los accidentes ocurren en otros lugares de la casa. En el salón y los dormitorios, el mobiliario inestable supone un riesgo de aplastamiento por lo que es recomendable fijar estanterías y muebles a la pared. También deben protegerse los enchufes y evitar cables sueltos que puedan causar tropiezos o riesgos eléctricos.
Sujetar las alfombras evitará que los niños corredores de pasillos sufran resbalones y caídas. Algunas plantas, que un adulto nunca se llevaría a la boca, como las flores de Pascua, azaleas o potos son tóxicas para los más pequeños.
Un eventual incendio en una habitación infantil puede resultar mortal para cuando es alertado el adulto. Instalar detectores de humo es una excelente idea para evitarlo.
En cuanto a ventanas y terrazas, el peligro de caída es uno de los más graves: instalar cierres de seguridad y no colocar muebles cerca que puedan facilitar el acceso es una medida imprescindible. Cuidado con los cordones de cortinas y correas de persianas ya que pueden provocar estrangulamiento. Las escaleras y ascensores son otro punto de riesgo: las barreras de seguridad en los primeros peldaños y acompañar a los niños en el ascensor son medidas preventivas esenciales.
10 consejos prácticos para evitar accidentes infantiles en el hogar
Prevenir accidentes en casa no solo implica adaptar el entorno, sino también educar y supervisar a los niños de manera constante. Estos son algunos consejos clave que proporcionan desde el Instituto Silestone para reforzar la seguridad en el hogar:
1. Supervisión constante: La mejor medida de seguridad es la vigilancia. Nunca dejes a un bebé o niño pequeño solo en zonas de riesgo como la cocina, el baño o cerca de ventanas y escaleras.
2. Uso de protecciones y bloqueos: Instala protectores en enchufes, bloqueos en cajones y armario, así como barreras en puertas y barandillas en escaleras.
3. Almacenamiento seguro: Mantén productos tóxicos (limpieza, medicamentos, cosméticos…) fuera del alcance de los niños, preferiblemente en armarios altos, con cierres de seguridad o cerrados con llave.
4. Evitar riesgos de asfixia y atragantamiento: No dejes objetos pequeños al alcance del niño, revisa los juguetes para asegurarte de que son adecuados para su edad y corta los alimentos en trozos pequeños.
5. Control de la temperatura del agua: Regula la temperatura del calentador para evitar quemaduras y comprueba siempre el agua antes del baño. No dejes nunca al niño en la bañera sin supervisar.
6. Protección en ventanas y balcones: Coloca cierres de seguridad y evita dejar muebles cerca que puedan servir de escalón. Las mosquiteras no evitarán una caída.
7. Anclaje de muebles y televisores: Fija a la pared estanterías, cómodas y otros muebles que puedan volcarse si el niño intenta trepar por ellos.
8. Cuidado con los cables y objetos colgantes: Los niños pueden tirar de cables eléctricos, cortinas o correas de persianas, lo que supone un riesgo de estrangulamiento o caída de objetos pesados.
9. Uso seguro de electrodomésticos y utensilios peligrosos: Mantén cuchillos, tijeras, cerillas y pequeños electrodomésticos fuera del alcance infantil y desenchufados cuando no se usen.
10. Educación y prevención: A medida que el niño crece, enséñale a identificar los peligros y a actuar con precaución. Convertir la seguridad en un hábito es la mejor manera de prevenir accidentes.
Con unos pequeños cambios y los hábitos adecuados, el hogar será un entorno más seguro para los niños, permitiéndoles explorar su entorno y desarrollarse sin riesgos innecesarios.