Una vivienda señorial y con carácter, de la mano de Marta Castellano-Mas 

En este reformado inmueble, con una superficie de 225 m2, se apuesta por la amplitud y la luminosidad, por dar protagonismo al mobiliario adquirido en diferentes lugares y por integrar en la cocina un pequeño jardín vertical. Para el baño se ha optado por instalar una bañera exenta de cobre al lado de la ventana, desde la que poder relajarse y contemplar las vistas al exterior. 

06/03/2025

La interiorista Marta Castellano-Mas se ha encargado de la reforma de esta casa regia construida en 1900, en la bucólica zona del Empordà (Girona), a la que ha devuelto su esplendor gracias a un marcado corte maximalista que ensalza su esencia señorial. Su interiorismo ecléctico combina los elementos clásicos y ...

La interiorista Marta Castellano-Mas se ha encargado de la reforma de esta casa regia construida en 1900, en la bucólica zona del Empordà (Girona), a la que ha devuelto su esplendor gracias a un marcado corte maximalista que ensalza su esencia señorial. Su interiorismo ecléctico combina los elementos clásicos y rústicos, que conviven con toques contemporáneos.

La vivienda, de una sola planta, cuenta con 225 metros cuadrados de superficie. "Cuando nuestros clientes la adquirieron, nos encargaron junto a Serrat-Tort Arquitectos las obras de reforma. Nos encontramos con una vivienda singular, pero había sufrido distintas reformas con el paso de los años, algunas de las cuales fueron poco acertadas y nada respetuosas con los elementos arquitectónicos originales", comenta Marta Castellano-Mas. 

Una puesta en valor del legado histórico
El proyecto de reforma de esta casa centenaria partió de la base de salvar y potenciar los detalles arquitectónicos originales; y como contrapartida, eliminar todos los que se construyeron en posteriores reformas y que carecían de cualquier interés hasta el punto de restar valor a la casa. 

La intervención arquitectónica se centró en la revelación y puesta en valor de la estructura original del inmueble. Se procedió a la eliminación de elementos superpuestos, tales como falsos techos y revestimientos de pared, dejando expuesto el ladrillo manual y ciertas instalaciones técnicas. La supresión del pavimento existente, un gres carente de interés, contribuyó a la recuperación de la esencia espacial.

El proyecto apuesta por una coherencia estilística que prioriza la autenticidad del espacio, evitando alteraciones innecesarias. En este proceso, se ha logrado la conservación de carpinterías originales, un fresco en el techo del recibidor y los arcos de la galería, elementos que testimonian la historia del inmueble.

En la incorporación de nuevos materiales, se ha optado por soluciones nobles y naturales. El viejo suelo de gres se ha sustituido por un pavimento de tarima de pino, instalado en crudo y tintado in situ, para la cocina se ha optado por hormigón pulido. La selección de elementos como la bañera de cobre, la grifería de latón natural y la pintura a la cal en las paredes, así como la reproducción fiel de las carpinterías originales, reflejan el compromiso con la preservación del carácter único del espacio.

Estilo maximalista, vivido y con carácter
A nivel estético, la casa se ha vestido con muebles vividos y con carácter, a los que se suman algunas piezas contemporáneas. La doble altura de los techos ensalza la sensación de amplitud y la luminosidad de la vivienda. "Un espacio de tales dimensiones y con tanta fuerza tenía que ir acompañado de piezas con alma, porque sin duda el espacio lo requería", señala Marta Castellano-Mas. 

De ahí que la propia interiorista decidiera viajar con los propietarios a destinos como Florencia, la Provenza o Amberes, para seleccionar piezas únicas en anticuarios locales. 

Mobiliario rescatado en anticuarios europeos
La neutralización de la textura de paredes y techos mediante un cromatismo uniforme facilita la creación de un lienzo neutro. Esta estrategia permite que el mobiliario adquirido durante los viajes cobre protagonismo. Destacan ejemplos como la vitrina y las lámparas industriales provenientes de la Provenza, o las litografías utilizadas como cabecero, compradas en una callejuela de Florencia.

La selección de mobiliario no se limita a la búsqueda de piezas con carácter, sino que también considera la escala. Se priorizan elementos de gran tamaño, acordes a la magnitud del espacio. De aquí la gran mesa francesa del comedor, los sofás de proporciones generosas, las carretillas industriales transformadas en mesas de centro y la cajonera situada tras el sofá. La amplitud del contenido se corresponde con la magnitud de la vivienda. La frescura de las plantas naturales inunda absolutamente todas las estancias de la casa.

Cocina neutra con un pequeño jardín vertical
La cocina, abierta y con península, se concibe bajo una premisa de neutralidad, pero evitando la indiferencia. Diseñada totalmente a medida, los frontales de puertas listonadas en madera de roble y pintados en un tono gris oscuro se integran discretamente en la zona de día. Esta elección cromática y material otorga presencia al espacio, sin sobrecargar la composición general ni eclipsar al mobiliario protagonista que viste el proyecto.

En la zona de la campana extractora se ha hecho una pequeña concesión: una estructura de hierro sobre la cual se disponen plantas trepadoras. Este recurso crea un pequeño jardín vertical, generando un inesperado componente orgánico en el ambiente de la cocina.

El patio: un viaje al pasado
El encanto del patio exterior ofrece un viaje al pasado, a la vida pausada y contemplativa que se llevaba en las casas señoriales de antaño. 

Sus muros exhiben una textura envejecida y cálida, el suelo de grava añade un toque rústico, la vegetación exuberante en macetas de terracota aporta frescura natural. Todo ello, junto a una cuidada selección de elementos decorativos y de mobiliario ligero y clásico de hierro nos sitúan en un oasis relajante.

Dormitorio principal
El acceso al dormitorio principal desde la zona de día se realiza por una puerta doble arqueada de madera, un rasgo arquitectónico distintivo que aporta encanto histórico y define la transición entre ambientes.

La atención al detalle y la cuidadosa selección de mobiliario y elementos decorativos del dormitorio armonizan con el estilo decorativo del resto de la casa. Marta Castellano-Mas ha optado por una paleta de colores oscura y rica, que contribuye a la creación de un ambiente íntimo y sofisticado, mientras que los elementos naturales y artesanales -como las lámparas colgantes de hilo de yute y el banco de madera rústica al pie de la cama- añaden calidez y textura. 

El toque artístico y clásico es un gran cuadro comprado en un anticuario en Florencia, compuesto por doce litografías enmarcadas de trofeos, que se ha colocado a modo de cabecero. 

Un baño sofisticado con bañera de bronce como protagonista
Sofisticado y lujoso, el baño de la suite es de una teatralidad absoluta. La gran protagonista es una bañera exenta de cobre, comprada en India, estratégicamente ubicada frente al gran ventanal y con relajantes vistas al patio de la casa. En el techo, destaca una lámpara está formada por pequeños discos de nácar (montaje y diseño de Decocrea) y frente a ella un cuadro sobre los pensamientos, del artista Antonio Mora. El predominio del negro y la luminosidad abundante de la estancia resaltan la sofisticación de este espacio. 

"Tanto para el estudio de arquitectura Serrat-Tort como para nosotros, el resultado de este proyecto es muy positivo y estamos enormemente satisfechos. A pesar de ser un reto complicado, logramos dotar a esta casa de una atmosfera mágica, de un gran magnetismo, con el que hemos potenciado la fuerza que ya de por sí tiene esta casa centenaria", concluye Marta Castellano-Mas.

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