IMCB nº142

52 Viaje al metaverso Roca ha propuesto, en un espacio conceptual, un viaje al metaverso a través de una experiencia digital inmersiva. Una infinity room donde el elemento circular, metáfora de la gota, es el elemento de unión entre lo físico y lo etéreo, y donde la nueva colección Ona se presenta en un imaginario mediterráneo. En Roca, la apuesta por la innovación y la investigación son parte de su ADN, y en este proyecto plantean la visión de un nuevo mundo a través de un viaje sensorial generado gracias a una pieza audiovisual. Su compromiso con la sostenibilidad es firme, y en esta instalación no se expone producto. El cubo instalado está pensado para ser desmontado y reutilizado varias veces en sus showrooms. El espacio de Andreína Raventós ha sido una reflexión de cómo habitar en el tiempo. Ha simulado una nave de 18 metros con todo lo necesario para vivir. La placa vitrocerámica también queda oculta. En el modo noche, con destellos tipo galaxia. Por otro lado, el espacio de Dinamarca se ha caracterizado por su elegancia. Otro nos ha llevado a Venecia. Otro, un recibidor con lavabos que ha jugado con las texturas. El de Roca ha sido un espacio conceptual. Con un viaje al metaverso. Para los diseñadores, esta firma es agua. Evoca la luz mediterránea. Te envuelven sus espejos. Ha habido una pieza cerámica que es la parte física. El metaverso te permite soñar. Por su parte, el espacio de Cosentino ha sido un lugar de encuentro, donde se ha dado volumen al techo y se ha combinado sus materiales con otros cálidos. Pasamos por baños que han jugado con únicas piezas travertinas, que han incluido plantas como elementos, que velan por el relax y el confort, que están inspirados en la naturaleza, en lo orgánico. El visitante ha podido comprobar en esta edición, en más de uno de los proyectos, cómo la domótica puede hacer cambiar un espacio, mediante las luces y la ambientación. Hasta ha habido uno que invita a convivir con las mascotas. En total, hemos visto 14 cocinas (doce como espacios individuales) y once baños (ocho completos, como espacios individuales) en Casa Decor 2023. La sede Aunque Casa Decor nació en 1992 en el Barrio de Salamanca, en Madrid, nunca antes había recalado en la emblemática calle Serrano. El edificio de esta 58ª edición data de 1929. Fue reestructurado en una gran reforma en el año 76, ejecutada por el Banco Hispanoamericano para convertir las tres plantas del inmueble en oficinas. Ahora, tras Casa Decor, volverá a ser residencial. La construcción es representativa del Barrio de Salamanca. Cuando se diseñó, se pensó para que estuviera dotado de luz. “Venimos con el espíritu del Marqués de Salamanca, que fue un adelantado a su época”, nos comentaron en enero desde la organización cuando nos lo mostraron desnudo. Hasta julio de 2022, había un inquilino. “Venimos a contar lo que había y a sacarle brillo. Ésta es una edición joya”, nos dijeron. El edificio tiene protección, pero no el grado máximo. Ya nos adelantaron que habría “muchas cocinas y baños, que son el centro de la casa”. Uno de los motivos de las casas de cocinas por participar en Casa Decor es que donde más avances hay es en los electrodomésticos, en su conexión y en la eficiencia. Esta cita del interiorismo se caracteriza por espacios conceptuales, por un lado, y por los reales, que se pueden llevar a todo tipo de hogares, por otro. El edificio cuenta con 4.000 metros cuadrados, distribuidos en bajo y tres plantas. La fachada exterior, que da a Serrano, es de líneas armónicas y simétricas, de ordenamiento neoclásico. La planta baja, con dos locales a cada lado del portal, está compuesta por cinco arcos de medio punto, con zócalo y paños en piedra. Cada planta posee siete ventanas abalconadas, siendo las laterales acristaladas. Los 21 huecos de fachada cambian la discreta ornamentación de la ventana según la planta. En la primera, al ser la principal y más noble, las ventanas van coronadas por frontones algo más historiados que el resto, con una cornisa en arco y un travesaño que se apoya al marco de piedra del balcón por medio de ménsulas de orden clásico. En la segunda planta, el remate de los balcones se simplifica en un frontón triangular. En estas dos plantas, una balconada sencilla, de barrotes de hierro y cenefa calada, recorre todo el frente de fachada, excepto los miradores acristalados. Por su parte, la tercera planta, al ser la destinada para alquileres más humildes, los balcones, todos individuales, apenas llevan una moldura sobre el dintel con un discreto remate. Otra característica de estas edificaciones es el acceso al edificio, a través de un paso de carruajes que conduce a un primer patio de luces, de dimensiones generosas, dando paso después al mencionado gran patio de manzana de 148 metros cuadros. Esta particularidad hace que el edificio cuente con una fachada interior, igualmente simétrica y detallada, aportando luz natural a todas las estancias interiores. Este Los baños han jugado con únicas piezas travertinas, han incluido plantas como elementos, han velado por el relax y el confort

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