IMCB nº143

30 bre todo, los grifos monomando de caño alto, que ofrecen un plus de practicidad a la hora de lavar determinados utensilios, como ollas o recipientes de gran tamaño, si bien los grifos monomando de caño corto son ideales para aquellas cocinas que disponen de un fregadero pequeño. Estos modelos monomando también podemos encontrarlos en formato fijo o giratorio, lo que proporciona una mayor comodidad a la hora de utilizarlos. Además de determinadas gamas de grifería monomando que incorporan un aireador anti-salpicaduras para una mayor higiene, o aquellos otros que están equipados con dispositivos electrónicos, de tal manera que se puede accionar el grifo con solo tocarlo, algo que resulta de gran utilidad si tenemos ocupadas las dos manos o están manchadas, así como otros elementos dotados de sistemas que permiten conocer a qué temperatura está el agua y poder programarla a nuestro gusto, o con sistemas de apertura en frío para evitar que las tuberías se llenen innecesariamente de agua caliente. Este amplio espectro en cuanto a modelos de grifería se completa con grifos que cuentan con luces led conectadas a sensores de temperatura y que, dependiendo de la tonalidad del agua (rojo, azul o violeta), nos indican si el agua está caliente, fría o templada. Y aunque mucho han cambiado las cocinas de los hogares de nuestro país, lo tradicional sigue estando vigente. Es el caso de los grifos bimando o en batería, de dos monturas, en formato cerámicas o de zapata, el modelo de ‘toda la vida’ que, si bien en nuestro país representa un tanto por ciento muy pequeño, pues ha dejado su espacio a otros modelos más elegantes y avanzados, sigue siendo el protagonista de muchas cocinas. Dejaron de utilizarse, entre otras razones, por la cantidad de agua que se malgastaba al mezclar el agua fría y caliente para conseguir una temperatura adecuada de la misma. Por su parte, los modelos vertebrados, algo más arriesgados, resultan muy prácticos y funcionales, ya que pueden ubicarse tanto en la pared como sobre la encimera. De ahí que, si se busca dar un toque de originalidad a la cocina, este es, sin duda, el modelo perfecto. Mientras que los grifos abatibles son ideales para aquellas cocinas en las que el fregadero está situado debajo de una ventana; al poder moverse de arriba abajo, y de izquierda a derecha, se pueden abatir hasta dejarlos totalmente horizontales, sin que resulten un estorbo. Por último, el grifo de caño extraíble (o extensible), propio de los restaurantes, es ideal para cocinas americanas, con fregaderos amplios o con islas. Ergonómico y funcional a partes iguales, del caño del grifo se saca una manguera que vuelve a su sitio cuando terminamos de usarla, de tal manera que su flexibilidad permite lavar grandes ollas cómodamente, llenar un recipiente con agua con solo tirar de su parte móvil o limpiar frutas y verduras con gran facilidad. Algunos modelos incluyen un sistema de imanes que contribuye a que este se retire a su posición inicial cuando se termina de usar, además de poder elegir el tipo de chorro que más nos convenga, según las necesidades de cada momento. Finalmente, otro de los datos importantes a la hora de decantarnos por un modelo u otro de grifo de cocina es tener en cuenta una serie de características. Por ejemplo, su estilo de montaje, es decir, si van montados en la encimera, en el fregadero o en la pared; el tipo de válvula que incorpore, por ejemplo, las de disco cerámico, el sistema más innovador, en el que dos discos de cerámica controlan el flujo de agua y forman un sello cuando se bloquean entre sí. O los grifos de válvula de compresión, que si bien son los más baratos, son más propensos a fugas, mientras que los grifos de válvula de bola incorporan una bola giratoria que regula el flujo de agua. <<Tres

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