IMCB nº147

15 Presente en más del 56% de los hogares españoles, el lavavajillas se ha convertido en un electrodoméstico cada vez más común, y eso que en España se retrasó su implantación y pocas eran las cocinas que contaban con este electrodoméstico. Con todo, el auge del lavavajillas llegó en la década de los años 50 a la sociedad norteamericana. Hoy en día es raro el entorno doméstico que no cuenta con uno de ellos en su cocina, sobre todo si tenemos en cuenta que, en nuestro país, se utiliza una media de 280 veces al año y se trata de uno de los electrodomésticos que goza de una elevada demanda en el mercado, tal y como demuestran las cifras de venta en España, que superan las 580.000 unidades anuales. Un electrodoméstico que se ha convertido en indispensable, gracias a las numerosas ventajas que ofrece. Y no solo hablamos de la comodidad de uso y de cómo facilita las tareas domésticas, sino porque el hecho de lavar los platos a altas temperaturas garantiza una mayor higiene frente a hacerlo de manera manual. Asimismo, utilizado de manera correcta, el lavavajillas contribuye al cuidado del medioambiente y permite reducir el importe de las facturas de luz y agua. De hecho, un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) concluye que lavar los platos y demás enseres con el lavavajillas resulta mucho más barato, pues contribuye a gastar cinco veces menos agua. De todos modos, es cierto que el consumo de agua de un lavavajillas puede variar dependiendo de diversos factores, tales como el modelo del electrodoméstico, el programa que se utilice y cómo se cargue. Pero el promedio de consumo de agua de un lavavajillas con etiqueta de eficiencia energética es de entre 8 y 10 litros por ciclo, en el caso de los lavavajillas más pequeños o usando un ciclo Eco, o entre 10 y 15 litros a carga completa. Lo que equivale a un consumo anual de 2.800 litros si se usara el lavavajillas 280 veces al año. Aunque el ahorro exacto va a depender del precio del agua de la localidad en la que se resida, tal y como indica este organismo en su página web. A lo que hay que añadir el ahorro de tiempo, la comodidad, el menor impacto de los detergentes en las manos y un mayor cuidado de la vajilla que si lavamos a mano. Por todos estos motivos, tanto para las personas que viven solas, en pareja o con la familia, el lavavajillas se ha convertido en el electrodoméstico básico en la cocina, de tal manera que muchos usuarios lo consideran el mejor invento después de la lavadora. Sobre todo, porque este electrodoméstico ha sabido adaptarse y evolucionar según las necesidades individuales de cada familia. Las El ahorro, la sostenibilidad y una eficaz eliminación de las bacterias son aspectos a tener en cuenta, así como características relacionadas con la capacidad, el nivel de decibelios o su eficiencia energética marcas se han centrado en mejorar la ergonomía y la facilidad de uso de estos electrodomésticos, desarrollando e incorporando diversos sistemas, soluciones y tecnologías que buscan facilitar la comodidad a los usuarios. Es el caso de los novedosos mecanismos para elevar la cesta inferior, que reducen y simplifican el esfuerzo necesario para cargar y descargar la vajilla. O esos otros modelos que incluyen un sistema de regulación de la bandeja superior que permite un ajuste personalizado de las bandejas y regular la altura en cada lavado, por lo que es posible aprovechar al máximo todo el espacio de una forma más eficiente. Por otro lado, la proliferación de hogares formados por familias monoparentales, parejas jóvenes, sin hijos o solo con uno, y viviendo en pisos cada vez más reducidos y que disponen de un menor espacio, los lavavajillas han modificado su tamaño y su capacidad para adaptarse a estas nuevas necesidades. Sin perder su eficacia ni su diseño innovador. Así, lejos de la tendencia marcada por esos modelos tradicionales de 60cm, los lavavajillas de 45cm han tomado protagonismo y mantienen una cuota de mercado bastante estable, a la vez que aumentan sus ventas año tras año. Y lo mismo ocurre con otras opciones especiales de lavavajillas, como los equipos de integración para huecos de horno de 60x60cm o 90x60cm, o esos otros modelos que pueden instalarse sobre encimera. Todos ellos productos pensados para cubrir las demandas del usuario, con una tecnología e innovación enfocada en desarrollar aparatos más pequeños, más rápidos y sencillos, mientras potencian una limpieza eficaz y una mayor sostenibilidad. Adecuados al espacio Hoy en día, es cierto que las principales preocupaciones de los consumidores no solo giran en torno al aspecto tecnológico como factor determinante a la hora de elegir un modelo de lavavajillas u otro. El ahorro, la sostenibilidad y, sobre todo, una eficaz eliminación de las bacterias, son aspectos a tener en cuenta, así como características relacionadas con la capacidad, el nivel de decibelios o su eficiencia energética. Al igual que las dimensiones del espacio que habilitaremos para ubicarlo, lo cual condicionará, y mucho, las medidas del electrodoméstico. Por ello, dependiendo de las necesidades que tenga el usuario, relacionadas con el tamaño, la instalación, el espacio o el tipo de integración, puede elegir entre una amplia gama de modelos. Los más pequeños del mercado son los lavavajillas compactos, que resultan idóneos para cocinas con poco espacio y para familias de dos o tres miembros, que no ne-

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