IMCB nº147

16 cesiten mucha vajilla cada día. Este tipo de electrodomésticos suele ubicarse en una esquina, a modo de finalización de los muebles de la cocina. Mención especial merecen los lavavajillas integrados, es decir, aquellos que permanecen ocultos a la vista tras el mobiliario y solo se ven cuando se necesitan, de tal manera que predomina el orden y la limpieza visual. Aunque, por comodidad, algunos usuarios optan por los de libre instalación, de 45 o 60 centímetros, que pueden colocarse en la parte de la cocina (o de cualquier otro lugar de la casa) donde el usuario más lo necesite, ya que tan solo requieren una toma de agua, una toma de luz y un desagüe. Son perfectos para cualquier tipo de familias, independientemente del número de miembros que la compongan, y del tamaño del hogar. A medio camino entre una y otra está la versión panelada, es decir, aquella que deja el panel de control del lavavajillas a la luz, mientras que la parte frontal del modelo queda tapada por un recubrimiento de madera o el material que se haya seleccionado para el conjunto del mueble de la cocina. Junto al acero inoxidable, elegir los de color blanco o un tono oscuro son propuestas elegantes y aportan originalidad a la instalación. Al igual que el modelo anterior es posible disponer de lavavajillas de 45 o 60 centímetros, y lo curioso de este tipo de modelos es que suelen incluir elementos decorativos que ayudan a proporcionar a la estancia un toque más moderno y personal. Otro aspecto a valorar cuando se va a comprar un electrodoméstico de este tipo es su tamaño. Obviamente dependerá mucho del espacio del que se disponga en la cocina y del número de integrantes del hogar, ya que no es lo mismo un lavavajillas para una pareja que para una familia numerosa. Si la cocina no es muy grande o son pocos comensales la mejor opción será optar por uno compacto o de 45cm de ancho. Incluso los hay de sobremesa, como ocurre con los microondas, que se pueden colocar sobre una encimera o mueble. En el caso de no haber restricciones de espacio es posible elegir entre uno de libre instalación o integrable de 60 centímetros de ancho. Por lo general, estos modelos vienen equipados con bandejas específicas para cubiertos, contenedores de dimensiones más amplios en los que colocar artículos más voluminosos, como sartenes, ollas, filtros de campana o tablas de corte, además de piezas flexibles, plegables o abatibles que el usuario puede modificar atendiendo a las necesidades de cada momento. Asimismo, los fabricantes ponen a nuestra disposición otros accesorios con los que mantener el orden en el interior del lavavajillas cuando procedemos al lavado, entre los que destacan los cestos para cubiertos, los soportes para cuchillos, copas o botellas y aquellos otros destinados a piezas más pequeñas, como tazas o vasos. Limpieza eficiente Cuando lavamos la vajilla y los utensilios de cocinado en el fregadero procuramos utilizar un estropajo que no raye, un jabón que no estropee los utensilios y prestamos especial interés en desengrasar y enjuagar correctamente las piezas. Por esta misma razón, utilizar el lavavajillas también debe hacernos tomar conciencia de poner en marcha estos sencillos pasos para hacer un uso eficiente del electrodoméstico, de tal manera que podamos aprovechar al máximo sus ventajas y contribuir al cuidado del medioambiente. Por ejemplo, los lavavajillas incluyen innovadores sistemas para determinar la cantidad justa de detergente, tomando como referencia la carga y el grado de suciedad de lo que se va a lavar, por lo que no es necesario utilizar más detergente del necesario, ya que esto puede dejar restos de jabón en la vajilla. Por otro lado, centrados en lograr la máxima eficiencia y ahorro, las nuevas generaciones de lavavajillas cuentan con consumos muy bajos (solo 6,5 litros de agua por ciclo de lavado en los programas automáticos), es decir, menos de lo que se necesita para llenar un fregadero, mientras que el consumo de energía alcanza los 0,83 kWh por lavado. Y a pesar de que muchos usuarios piensan que el lavavajillas consume una gran cantidad de agua, es necesario desterrar algunas ideas generalizadas. Nos referimos a la tendencia de lavar los platos o aclararlos previamente antes de meterlos en el lavavajillas, un gesto que no es necesario y que ahorrará muchos litros de agua, ya que basta con retirar los restos de comida con una bayeta o papel. Eso sí; igual de importante es el paso anterior como el hecho de ordenar la vajilla correctamente. Los recipientes grandes y las baterías de cocina deben ubicarse en la bandeja inferior para que no tapen el aspersor, además de no sobrecargar el lavavajillas, pues si bien es cierto que poner el lavavajillas casi vacío resulta innecesario, igual de erróneo es sobrecargarlo. Los fabricantes ya indican en el electrodoméstico y en la ficha técnica del mismo la capacidad con que cuenta el aparato, por lo que su uso correcto debe ajustarse a dicho volumen. De esta manera, nos aseguramos de que el lavado es eficiente y evitamos tener que hacer otro con aquellas piezas que no se han limpiado adecuadamente. Por último, debemos adecuar el programa de lavado con el tipo de vajilla que vayamos a limpiar y la suciedad de esta. Por ejemplo, la función de media carga que permite utilizar el lavavajillas sin esperar a que el electrodoméstico esté lleno del todo, mientras Los programas multifunción ofrecen una programación personalizada, inicio en diferido, prelavado, secado eficiente o programas de lavado corto

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