IMCB nº150

27 y la temperatura del agua, sino que tiene que contar con un aireador, un pequeño elemento que va situado en la boquilla y gracias al cual se consigue reducir el consumo, ofreciendo una mezcla de aire y agua que hace que el chorro parezca mucho más abundante de lo que es en realidad e impide que salpique por fuera. El limitador de caudal camina en esta dirección, y permite que no se supere el vulumen estipulado de agua cuando el grifo está abierto. A su vez, en el mercado encontraremos referencias que integran un mecanismo de apertura en frío. Así, cuando la maneta esté en posición central brindará acceso al agua fría, y cuando se gire a la izquierda se suministrará la caliente. Los que añaden un sensor de infrarrojos son perfectos para cuando se tienen las manos ocupadas y no queremos manchar la grifería, por lo que bastaría con pasar la mano por debajo de la misma para que esta se active, evitando el desperdicio innecesario. Son más higiénicos porque no hace falta establecer contacto con la pieza. Otra de las soluciones que tenemos a nuestro alcance para luchar contra el derroche es optar por un modelo que incluya un sistema de agua filtrada. La razón principal para adquirirlo es que ahorraremos agua y, aunque el coste inicial del producto pueda ser superior al de otros grifos convencionales, a la larga acaba siendo beneficioso para el bolsillo. Además, contribuiremos a preservar el planeta porque no tendremos que comprar agua embotellada, reduciendo la producción de plástico. Cuando abramos la maneta obtendremos agua lista para su consumo y libre de impurezas y contaminantes. En algunos casos, el grifo en cuestión puede disponer de dos salidas independientes, una para el agua filtrada y la otra para la sin filtrar. Otros, en cambio, ofrecen agua con gas, agua fría o hirviendo. De este modo, si necesitamos cocer unas patatas, preparar una infusión o hervir unos huevos, no perderemos tanto tiempo durante el cocinado. Sello de identidad La sostenibilidad de un grifo no solamente se hace notar durante su funcionamiento, con las tecnologías que se emplean para conseguir este fin, sino que va más allá de su funcionalidad. Los materiales que se seleccionan para su creación son también parte de su razón de ser. Deben ser duraderos, reciclables y de bajo impacto medioambiental, mostrando un compromiso responsable y respetuoso con el entorno durante toda la cadena de valor del producto, desde que se produce hasta que llega al cliente final. Cuando concluye su vida útil, los elementos con los que fue fabricado pueden servir para dar lugar a otras griferías de igual calidad que la inicial, impidienModernidad y atrevimiento vienen de la mano de los grifos con terminación en cuello de cisne extraíble o por aquellos revestidos de verde, azul, amarillo, rojo o rosa con manetas a juego do que se generen residuos y que se consuman recursos innecesarios. Materiales como el latón, el acero inoxidable, el cromo y el níquel son los más utilizados en su elaboración, garantizando su fácil limpieza, durabilidad y resistencia frente al paso del tiempo y a la corrosión. En lo que respecta a los acabados, además del acero cepillado y el negro mate, hay otras opciones: oro rosa, latón envejecido, dorado, bronce, gun metal, champán cepillado o blanco. Asimismo, los acabados PVD dotan a la pieza de un mayor brillo y durabilidad, la protegen de los arañazos y de los productos que se utilizan para su limpieza y le otorgan suavidad a su superficie. De todo formato y condición Si lo que buscamos es un grifo práctico y funcional debemos elegir el monomando, aquel que tiene una única palanca desde la que se controla la apertura, el cierre y la temperatura del agua. El bimando es aquel que suma dos mandos, uno sirve para regular el agua fría y el otro para la caliente, y tanto se instala en la cubeta como anexionado a la pared. Los de tipo termostático son un gran avance en la cocina porque tienen dos pulsadores desde los que regular la cantidad de <<Roca

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