IMCB nº151

65 En suite, de cortesía, para uso compartido, infantil, adaptado a las personas con discapacidad o aseo, el cuarto de baño es mucho más que un lugar de paso dentro de la vivienda. Y, en ese espacio, el lavabo es la pieza fundamental, ya sea en una tipología u otra. Pero al igual que ocurre con otras estancias y otros elementos que componen el baño, esta pieza se ha ido desarrollando a lo largo de los años, con una evolución constante para crear nuevos patrones llamativos, formas geométricas y líneas limpias y rupturistas. Por eso, la tendencia en lavabos en este 2024 ha reflejado una mezcla de funcionalidad, estética minimalista y sostenibilidad, marcada por una significativa revolución en el diseño de los baños. De ahí que, hoy en día, los lavabos ya no son solo piezas funcionales, sino que se han convertido en elementos decorativos que transforman el ambiente de este espacio. Y aunque los modelos clásicos siguen siendo una apuesta segura, el devenir de los tiempos ha ido cambiado de la simplicidad de las formas a la ruptura del canon establecido. Porque la clave es la personalización. Los consumidores empiezan a optar por lavabos que reflejan su estilo personal, ya sea a través de colores personalizados, formas inusuales o materiales exclusivos. Lo mismo ocurre con el enfoque en la sostenibilidad, que está influyendo, y mucho, en el diseño de los lavabos. Por ello se busca, cada vez más, optimizar el uso del agua mediante soluciones integradas que incluyen griferías de bajo consumo y diseños que promueven el ahorro de recursos. En este sentido, los lavabos compactos son ideales para baños pequeños, maximizando el espacio sin sacrificar la funcionalidad. Mientras que los lavabos rectangulares y ovalados ofrecen una apariencia moderna y elegante que se adapta bien a la estética contemporánea y minimalista. A su vez, los lavabos de sobre encimera, que se montan encima del mueble, siguen siendo muy populares debido a su aspecto elegante y su capacidad para convertirse en el protagonista del espacio de baño. Pero todo dependerá de la amplitud de esa estancia de la casa y del uso que vayamos a darle, así como de las personas que componen la unidad familiar. Así, podremos instalar un lavabo de mayor amplitud o uno de dimensiones más reducidas. Por ejemplo, los lavabos denominados sobre encimera o los de doble seno permiten que dos personas puedan utilizarlo a la vez sin entorpecerse, de tal manera que resulta más eficientes pues se optimiza el tiempo de uso, ya que cada uno de los usuarios tiene su grifo y su espacio. También podremos decantarnos por una única pieza con un lavabo solo y espacioso, Si tenemos problema de espacio, los lavabos esquineros y angulares son los más recomendables pero dos griferías independientes (o, incluso, una sola), así como por un modelo suspendido o encastrado en el mobiliario y que cada usuario siga manteniendo su autonomía dentro de la pileta. Otra posibilidad es ubicarlo como una unidad independiente en el interior del habitáculo, por ejemplo, los lavabos de pedestal, tótem o semi tótem. Cabe destacar que estos modelos de pedestal, tótem y semi tótem van separados de la pared, de modo que se deslocalizan y se instalan en un área diferente de la estancia. En el supuesto de que el baño sea pequeño y no dispongamos de mucho espacio, o bien estemos hablando del baño de invitados, las soluciones más recomendadas son los lavabos murales o esquineros con ausencia de mobiliario, así como los conocidos como sobre mueble, que se sitúan encima de él, mientras que los ‘minis’, de forma rectangular y con mueble suspendido, son otra opción a tener en cuenta para estos baños reducidos. Se trata de modelos que se asientan sobre una encimera y asemejan un bol. Todo ello, sin perder de vista los diseños más moderno, que también pueden ser ubicados en baños pequeños, ya que quedan igual de lucidos. Respecto a los formatos, cada usuario podrá elegir el que más le guste entre un sinfín de ejemplos: redondeados, rectangulares, ovalados, de líneas gruesas o más minimalistas, con o sin orificio incorporado para la grifería y con o sin rebosadero añadido. Uno para cada baño Con interiores o exteriores pulidos, con interiores brillantes, con texturas que se reservan para adornar su cara externa incorporando rugosidades, líneas verticales u horizontales o pequeñas incisiones, la esencia del material con el que se fabrica el lavabo no solo radica en su belleza, sino en las propiedades que se le atribuyen, por lo que debe ser resistente, higiénico, duradero frente al paso del tiempo y fácil de limpiar. El mercado ofrece un amplio espectro de materiales con el que diseñar el lavabo perfecto. Ya sea de porcelana blanca en acabado blanco o brillo, de los más demandados y extendidos en los hogares españoles, o de acero inoxidable, piedra, cerámica, mármol o hierro fundido, entre otros. Y aunque los modelos de piedra natural y cerámica siguen siendo las opciones populares, están surgiendo nuevas alternativas que se están erigiendo como una opción moderna y sostenible con la que aportar un toque industrial a los baños. Mientras que los lavabos de resina y materiales compuestos siguen ganando popularidad por su durabilidad y versatilidad, ofreciendo una amplia gama de colores y acabados, incluyendo mate y satinados, que en-

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