IMCB nº151

66 cajan a la perfección con las tendencias actuales. Pero debemos tener en cuenta que los materiales utilizados en la fabricación de los lavabos varían en función del estilo, durabilidad y mantenimiento, proporcionando diferentes opciones según las necesidades y preferencias de cada consumidor. Sobre todo, porque cada uno de ellos ofrece una diferente versatilidad y funcionalidad para crear espacios de baño estéticamente agradables. Así, entre los materiales más utilizados destaca la cerámica, de los más populares debido a su durabilidad, resistencia al agua y fácil mantenimiento. Aparte de que su superficie lisa es resistente a manchas y rayones, lo que lo hace ideal para uso diario. Por otro lado, similar a la cerámica, pero mucho más refinada y duradera, la porcelana es resistente también tanto a manchas como a productos químicos, lo que facilita su limpieza y permite que el lavabo mantenga un aspecto brillante por más tiempo. En cuanto al vidrio templado, este material destaca por su elegancia y modernidad, de tal manera que se utiliza, sobre todo, en lavabos de diseño contemporáneo, pues ayudan a ganar en amplitud y luminosidad al incidir la luz sobre ellos. Eso sí, a la hora de elegir este tipo de material hay que tener en cuenta que, si bien es muy resistente, requiere de un mayor cuidado y una limpieza más frecuente porque las manchas en ellos son más visibles. Resisten bien a las temperaturas elevadas y se pueden adquirir en su formato transparente, de color o en acabados diversos. A su vez, el mármol es sinónimo de lujo y nos cautiva con su brillo, vetas y distinguida fusión de colores, pues cada pieza diseñada es única, y poner un lavabo de estas características en nuestro espacio de baño añade un toque sofisticado a la estancia. Sin embargo, es más poroso, lo que lo hace susceptible a manchas y requiere sellado y mantenimiento regular. El terrazo, por su parte, es suave al tacto, higiénico, nada poroso y es de fácil mantenimiento. Además, puede ser de una única tonalidad o estar revestido con pequeñas motitas de colores, que le confieren al modelo una hermosura inigualable e introducen la paleta cromática de una forma sutil en la estancia. Para un aire más industrial, los de cemento son la clave. De aspecto liso, no poroso e higiénico, impiden que los residuos queden en su superficie, a la vez que son los diseños más resistentes, duraderos y se ofrecen en diferentes colores y acabados. En definitiva, una declaración de estilo en toda regla. Por su parte, los de piedra son más rústicos, sin dejar de lado su elegancia innata, no pasan inadvertidos en el entorno estético y lo mejor es que su diseño no pasa de moda, sino que le otorga atemporalidad. Mientras que los lavabos diseñados en acero inoxidable, los modelos más comunes en entornos comerciales, también comienzan a ser cada vez más usados en los baños de los hogares que quieren darle un toque moderno a su estancia, debido a su estilo industrial. Este material es muy resistente a la corrosión y resulta muy fácil de limpiar, aporta un toque de brillante al cuarto de baño, está protegido contra la corrosión y el desgaste y luce tonalidades como el acero, bronce, oro cepillado, plata brillante y el oro rosa. A la vanguardia se sitúan los fabricados en solid surface, que surgen a partir de la combinación de resinas y cargas minerales y han sabido hacerse un hueco en nuestras viviendas. Destacan por su solidez, resistencia y durabilidad, son cálidos al tacto, soportan bien las manchas, son respetuosos con el medioambiente, pueden reciclarse, son muy higiénicos, personalizables y versátiles en cuanto a formas y tamaños. ¿Alguien da más? Espacio completo Existen varios tipos de lavabos que se adaptan a diferentes estilos y necesidades. Por eso podemos diferenciar tres claras referencias: sobre encimera, es decir, los que van posados sobre ella; encastrados o bajo encimera (se integran en la superficie y la pieza nunca llega a sobresalir por encima de su base), y los de encimera, que son una mezcla de los anteriores. En este ejemplo, el lavabo se coloca a medio camino, manteniendo enterrada su base y dejando a la vista su parte superior, por lo que resultan muy modernos y elegantes. En cambio, los conocidos como semiempotrados dejan al descubierto su frente y la encimera no <<Geberit

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