IMCB nº152

23 En el ámbito de los proyectos de interiorismo, hay una estancia de la casa, la dedicada a las labores de lavar, secar y planchar la ropa, que “ha ganado gran protagonismo porque, a día de hoy, se ha integrado y dado su lugar dentro de la vivienda y dentro del propio proyecto”, opina la interiorista y consultora de Feng Shui, Erika Suberviola. Y todos los profesionales consultados están de acuerdo en que se ha convertido ya en un espacio imprescindible en los hogares, incluso en aquellos de pequeñas dimensiones. “Es otra estancia más, como lo es un baño o un dormitorio”, cuenta, por su parte, la interiorista Cristina Peña, fundadora de su estudio CP Diseño Interior, quien define dicho espacio como “un centro de trabajo al que le damos uso diario y nos ayuda a mantener el orden con comodidad y nos permite tenerlo todo centralizado, despejando otras zonas de la casa”. De lavadero oculto a espacio de revista Lo cierto es que este espacio de la casa ha existido siempre. Era el típico lavadero, habitualmente situado junto a la cocina, pero fuera de ésta, y abierto al patio de luces del edificio, que era donde se tendía la ropa y estaban los bajantes del agua. Tras esa puerta se escondía un espacio meramente funcional, frío, sin luz natural en muchos casos, envuelto opcionalmente en algún cerramiento, donde se amontonaba la ropa y los productos de limpieza, además de la lavadora, la escoba, etc., con poco orden y que, por supuesto, estaba terminantemente prohibido enseñar a las visitas. En esas viviendas, las tareas de planchar se solían llevar a cabo en otra habitación (la que se usaba menos), donde se abría la tabla que se tenía escondida en algún armario; solo los más afortunados podían presumir de tener un ‘cuarto de la plancha’ independiente. Este podía ser el prototipo generalizado de la organización que se llevaba en los hogares hace algunos años con relación a la ropa, pero, de hecho, aún hay muchas viviendas que funcionan así porque la distribución original lo determina y no hay espacio para más. Ha sido con el desarrollo de proyectos de obra nueva y en los casos de reformas integrales, que la concepción de este tipo de espacio ha cambiado notablemente, ofreciendo, incluso, una imagen de revista. Suberviola lo resume perfectamente así: “Antes solían ser áreas ocultas o secundarias, mientras que ahora se diseñan como espacios destacados, tanto por su funcionalidad como por su estética”. Con lo cual, imprescindible siempre ha sido y, si en algún momento se ha querido pensar lo conPara Erika Suberviola, “lo importante es plantear una distribución práctica que facilite las tareas domésticas” trario, ha sido un error, como demuestra el comentario de Cristina Peña. Ella quiere recordar que, durante un tiempo, el cliente pedía eliminar este lavadero para ganar metros de vivienda, integrándolo en la cocina, “pero resulta que luego nos hemos dado cuenta de que no se puede vivir sin él”. Sobre todo, recalca, viendo la evolución de la sociedad actual, donde existe un gran consumo de prendas de vestir, las camas (y su ropa) son cada vez más grandes y, ante la falta de espacio exterior para tender, la secadora se ha vuelto necesaria, lo que se traduce, asimismo, en un incremento también de las horas de plancha. La consecuencia de todo ello es, como dice el arquitecto y diseñador Xavier Martinelli, director de Luzio Studio, que este espacio “es algo prioritario a la hora de tener que hacer funcional todo el mantenimiento del hogar y el textil. Sobre todo en familias con niños, donde este espacio se convierte en punto obligado para el buen funcionamiento de la vivienda”. La ubicación ideal del ‘laundry’ es junto a la cocina Dicha evolución ha hecho que hasta su nomenclatura haya cambiado, conociéndose ahora este <<Erika Suberviola Interiorismo & Feng Shui Foto: Amador Toril - Estilismo: Cristina R. Goitia

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